viernes, 26 de julio de 2013

¿Qué es una central de BIOMASA?


Las centrales de biomasa utilizan fuentes renovables para la producción de energía eléctrica. 
 


Es una instalación industrial diseñada para generar energía eléctrica a partir de recursos biológicos. Así pues, las centrales de biomasa utilizan fuentes renovables para la producción de energía eléctrica.

El proceso de funcionamiento de una central eléctrica de biomasa es el siguiente:

  • En primer lugar, el combustible principal de la instalación y los residuos forestales se almacenan en la central. Allí se tratan para reducir su tamaño, si fuera necesario.
  • A continuación, pasa a un edificio de preparación del combustible, donde se clasifica en función de su tamaño y finalmente se llevan a los correspondientes almacenes.
  • Seguidamente son conducidos a la caldera para su combustión, eso hace que el agua de las tuberías de la caldera se convierta en vapor debido al calor.
  • El agua que circula por las tuberías de la caldera proviene del tanque de alimentación, donde seprecalienta mediante el intercambio de calor con los gases de combustión aún más lentos que salen de la propia caldera.
  • Del mismo modo que se hace en otras centrales térmicas convencionales, el vapor generado a la caldera va hacia la turbina de vapor que está unida al generador eléctrico, donde se produce la energía eléctrica que se transportará a través de las líneas correspondientes. 
  • El vapor de agua se convierte en líquido en el condensador, y desde aquí es nuevamente enviado al tanque de alimentación cerrándose así el circuito principal agua-vapor de la central.

Fuente: www.endesaeduca.com

viernes, 19 de julio de 2013

En la BIOMASA está el ahorro

Contar con alternativas energéticas más económicas y sostenibles para nuestro uso diario se hace imprescindible frente al precio en ascenso de la bombona de butano y del gas natural. La biomasa es una opción responsable, sostenible y económica.





La biomasa, como opción energética alternativa al uso de combustibles fósiles se presenta como una solución más económica y responsable con el medioambiente. La instalación de calderas de este tipo de bioenergia proporciona beneficios ambientales y socioeconómicos importantes: es renovable, sostenible y ahorra dinero. 


La popular bombona de butano cuesta hoy 17,5 euros, supone que el kilovatio hora térmico producido por una estufa de butano sale a más de nueve céntimos de euro (unos 9,11). Sin embargo la biomasa sigue ofertando calor por mucho menos. Según la Asociación para la Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom), "el precio medio de venta al público del pellet doméstico", expresado en kilovatios hora térmicos, es de 3,64 céntimos de euro.

El pellet, que ha sido siempre más barato que el butano o el gas natural, mantiene desde hace un año unos precios que nada tienen que ver con los de sus rivales fósiles, competidores todos en la carrera de la calefacción, o el calor de hogar. Así, y según la última consulta de mercado (marzo) realizada por la Asociación para la Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom) el precio medio de un saco de 15 kilogramos de pellets comprado suelto es de 3,45 €. Traducido ese precio (expresado aquí en euros) a calor (expresado en kilovatios hora térmicos), el resultado es: 4,75 céntimos de euro por kilovatio hora térmico (4,75 c€/kWht). Es decir, que, para producir un kilovatio hora térmico (calor), el usuario gasta 4,75 céntimos si emplea pellets y 9,11 si emplea gas butano. Las cuentas salen más redondas aún si el pellet empleado es adquirido en palé, big-bag o a granel. 

No obstante, la bioenergía en general, y la biomasa en particular, se encuentra con que, por su menor repercusión, es una de las energías renovables menos conocidas, aunque es la más utilizada en todo el mundo, especialmente como energía calorífica. El desconocimiento alcanza a los pellets, o a saber que las cáscaras de almendras y los huesos de aceituna funcionan también como combustibles renovables.


Fuentes:

- http://sociedad.elpais.com
- http://www.energias-renovables.com


jueves, 4 de julio de 2013

Conociendo qué es la BIOMASA

La biomasa, vuelve a ganar protagonismo debido a la necesidad de un cambio energético basado en alternativas más responsables con el medioambiente.





La biomasa era la fuente energética más importante para la humanidad hasta el inicio de la revolución industrial, pero su uso fue disminuyendo al ser sustituido por el uso masivo de combustibles fósiles. Actualmente vuelve a ganar protagonismo debido a la necesidad de un cambio energético basado en alternativas más responsables con el medioambiente como es el uso de energías renovables.

La palabra biomasa describe los materiales provenientes de seres vivos animales o vegetales. Es decir, toda la materia orgánica (materia viva) procedente del mundo animal y vegetal obtenida de manera natural o procedente de las transformaciones artificiales. Toda esta materia se transforma en energía.
 

Existen diferentes tipos de biomasa que se puede clasificar en tres grandes grupos:
 
  • Biomasa de procedencia natural: es la que se produce a la naturaleza sin la intervención humana.

  • Biomasa de origen residual: son los residuos orgánicos que provienen de las actividades de las personas (residuos sólidos urbanos, RSU, por ejemplo).

  • Biomasa producida: son los cultivos energéticos, es decir, campos de cultivo donde se produce un tipo de especie con la única finalidad de su aprovechamiento energético. 


    La valoración de la biomasa puede hacerse a través de cuatro procesos básicos mediante los que puede transformarse en calor y electricidad: combustión, digestión anaerobia, gasificación y pirolisis.
     
     
    Fuente: http://www.endesaeduca.com


lunes, 1 de julio de 2013

BIOMASA, apuesta de futuro

Pasan los meses y parece que se nos escapa el final de esta angustiosa crisis, que nos arrastra desde hace más de cinco largos años. Hoy más que nunca, necesitamos ideas y planteamientos revitalizadores que nos ayuden a superar problemas de nuestro tejido industrial y empresarial que lastran nuestras posibilidades de creación de empleo y recuperación de la crisis.


Nos enfrentamos, qué duda cabe, a dificultades complejas, consecuencia de errores pasados que debemos afrontar con el ánimo constructivo de producir transformaciones profundas y sostenibles, que pongan en nuestras manos la posibilidad de retornar cuanto antes al crecimiento económico, la creación de empleo y la calidad de vida, malograda para tantas personas en nuestro país. Pero, en efecto, hace falta una visión auténticamente transformadora que ayude a que nuevos sectores industriales afloren en toda su magnitud. 

La biomasa es una de esas oportunidades tractoras, preparada tecnológica e industrialmente para darnos soluciones a algunos problemas que, o no se han afrontado con decisión, o no se han encontrado las claves necesarias para superarlos. Me refiero, concretamente al caso del carbón nacional, problema de una tremenda complejidad económica, social y medioambiental, que podría resolverse con muchas menos ayudas públicas que las empleadas actualmente, creando más empleo y mejorando el entorno natural.


La energía renovable con biomasa presenta multitud de ventajas para el conjunto de la sociedad y para el sistema eléctrico: es una energía verde, basada en un recurso renovable, el árbol, que captura importantes cantidades de CO2, contribuyendo a la mitigación del cambio climático; es una energía que requiere mano de obra intensiva en las zonas de ubicación de las plantas de generación, por lo que beneficia a las comarcas aledañas, ya que contribuye a fijar la población en zonas rurales; es una energía que requiere plantas pequeñas -de entre 20 y 50 MW-, energía que se consume cerca del punto de generación, por lo que hay menores pérdidas en el sistema; es una energía firme, programable y gestionable que, a diferencia del resto de las renovables, produce sin descanso, de día y de noche, 8.000 horas al año. 

En medio de esta crisis sin precedentes y del intenso debate sobre la reforma del sector eléctrico, se está cuestionando el futuro de las cuencas mineras del carbón. La extracción del carbón contó en nuestro país en 2011 con unas ayudas públicas por todos los conceptos, superior a los 1.070 millones de euros, con el objetivo, entre otros, de atenuar la pérdida de puestos de trabajo fomentando la creación de empleo alternativo al carbón mediante el apoyo a proyectos generadores de empleo. De esta forma se busca propiciar la transición de las comarcas mineras hacia el desarrollo de actividades económicas de mayor valor añadido. La generación de energía con biomasa responde perfectamente a estas metas de transformación y de creación de empleo, con recursos autóctonos que cuidan nuestro medio ambiente.

En un contexto en el que Europa exige para 2018 el fin de las ayudas públicas al carbón nacional no competitivo, y en el que la directiva europea de Grandes Instalaciones de Combustión podría implicar la clausura de entre 8.000 y 9.000 MW de potencia con carbón y fuel-gas a partir de 2016, llega el momento de adoptar una solución de una vez por todas.

El Gobierno, que analiza alternativas lógicas y viables para las cuencas mineras, debería contemplar, en consecuencia, la posibilidad de convertir esas cuencas mineras en corredores verdes de biomasa, destinando de forma progresiva a esta nueva tecnología, totalmente renovable, una parte reducida de los recursos concedidos en la actualidad al carbón nacional.

Las cuencas mineras españolas, que empleaban en 2012 a unos 5.000 trabajadores, incluyendo subcontratas, cuentan con un enorme potencial para el cultivo, el cuidado y la cosecha de biomasa, así como para la construcción de plantas de producción de energía con biomasa en esas zonas. La reasignación de parte de los recursos que el Estado destina al carbón nacional hacia la generación de energía con biomasa en esas mismas comarcas, podría crear más de 13.000 puestos de trabajo productivos y estables, una cantidad sensiblemente superior a la mencionada cifra de empleo actual del sector, lo que ayudaría, adicionalmente, a evitar el desarraigo y el abandono de la población. 

Además, estaríamos transformando empleo bajo tierra y penoso por empleo en la superficie, cuidando nuestro medio ambiente, sostenible y rural. Una solución, en mi opinión, idónea para un problema que tantos quebraderos de cabeza ha dado a nuestros gobernantes y que España debe resolver con urgencia. La energía con biomasa aparece, en definitiva, como una solución viable, renovable y sostenible para el futuro de las cuencas mineras.

FUENTE: eleconomista.es